jueves, 4 de julio de 2013

El Gran Luciano Pavarotti

El mundo ha sido testigo de grandes espectáculos, de innumerables talentos y también de grandes pasiones. Es casi imposible enumerar todas, algunas destacan más que otras, pero en lo que este servidor respecta vale más el sentimiento que se le otorga a su gran pasión. En este caso, me adentro en el mundo de la lírica, de la más alta expresión de belleza vocalmente hablando. Y no se puede hablar de belleza operística sin hablar de Luciano Pavarotti.

Su infancia

Luciano nace en el seno de una familia muy humilde en Módena, Italia el 12 de Octubre de 1935. Su madre, Adele Venturi, trabajadora en una empresa de cigarrillos y su padre Fernando Pavarotti, panadero y tenor aficionado dieron vida a lo que se convertiría en la máxima representación de la ópera. Fernando estimuló y apoyó a Luciano a seguir el ámbito del canto lírico. Desafortunadamente, su padre no vio el escenario desde la otra perspectiva, pues sus nervios y su miedo escénico impidieron que cantara en público. La verdad, Luciano vivió ciertas miserias, su familia era de escasos recursos económicos y sus cuatro miembros se las tenía que arreglar para acomodarse en un apartamento de dos cuartos.
La segunda guerra mundial obligó a la familia a abandonar la ciudad en 1943 y se refugiaron en un granero de una campiña cercana donde el jóven Luciano desarrolló interés por la agricultura. Cabe resaltar que el ídolo e inspiración de Pavarotti fue Giussepe di Stéfano quien también es considerado el tenor con la voz más hermosa de la historia.

Su innegable futuro
Luciano desde pequeño mostró interés en el fútbol como cualquier otro niño y le gustaba la posición de portero. Incluso dudó en seguir la profesión de cantante lírico por esta afición al deporte, pero la influencia de su madre hizo que Luciano ejerciera la profesión de maestro de escuela primaria durante 2 años, pero conforme pasaba el tiempo, se interesaba más por la música y ésta lo arrastró hasta ese mundo donde el cual triunfaría.

Primeros pasos
Luciano empezó como cantante de coro y posterior a su profesión como maestro estudió canto lírico en su ciudad natal y después perfeccionaría su técnica en Mantua. Fue en La Coral de Gioacchino Rossini donde mostró su talento y su impulso en convertirse en un gran tenor.
Pero su consagración llegó con el papel de Rodolfo en La Bohème de Puccini en el teatro de ópera Reggio Emilia.

Dándose a conocer

Su papel de Rodolfo, a parte de otorgarle gran satisfacción, le deparará grandes oportunidades en el mundo de la ópera. Posteriormente, interpretará en el mítico La Scala de Milán y después, su debut en el Metropolitan Opera House de Nueva York y de su primera retransmisión televisiva junto con la soprano italiana Renata Scotto.
Su éxito total llega con Tonio en la ópera La hija del regimento  de Gaetano Donizetti con su increíble y complicada aria de nueve notas de DO de pecho que le hizo merecedor de la portada del The New York Times.
Luciano además se caracterizaba por añadir nuevos papeles en diferentes idiomas para su inconfundible voz, lo cual le daba una personalidad más abierta.

The Big Luciano

Es a partir de aquí donde el tenor se hace inconfundible. El 2 de Junio de 1988 le nombran Cavaliere di Gran Croce Ordine al Merito della Repubibblica Italiana.  Su fama mundial y sus críticas más internacionales llegaron con Los Tres Tenores, que lo conformaban por supuesto Luciano, Plácido Domingo y José Carreras. Sus presentaciones adquirieron más simpatía entre los seguidores del género por su sobresaliente voz por sobre los tenores, ya que en las notas altas y en los finales su voz casi que los eclipsaba por su fantástico timbre.
A parte de conformar el selecto grupo, Pavarotti fue famoso por su acercamiento a la música popular, haciendo presentaciones con artistas como Sting, Eros Ramazotti, Elton John, Frank sinatra, Michael Jackson, U2 e incluso Mercedes Sosa.
Su concierto más multitudinario dio lugar en 1998 a favor de Liberia y en 2003 donde compartiría escenario con grandes artistas de talla mundial. Por primera vez un tenor de ópera era tan conocido y considerado estrella entre el inmenso público.
El tour del Adiós
Fue en el 2004, cercano a su cumpleaños número 70 donde dio a conocer su último tour como el tenor más famoso de la historia, que estaba compuesto por 40 conciertos al rededor del mundo que lo aclamaba. Se despediría se sus seguidores de la mejor forma posible. En Febrero de 2006 interpretó el aria más famosa del mundo: Nessun Dorma, dando final a la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2006 en el Estadio Olímpico de Turín.

Últimos días
Debido a una intervención en la espalda en el 2006, el Tour del Adiós fue suspendido. Cuando partía para Nueva York para reanudar su gira mundial, le fue descubierto un tumor maligno en el páncreas y posteriormente fue operado en la ciudad. Sus conciertos fueron cancelados irrevocablemente a causa de su grave estado de salud. El 8 de agosto fue hospitalizado por complicaciones respiratorias. Dejó la clínica el 25 de Agosto para reposar en su hogar. 
El 6 de Septiembre fallecía en su hogar a causa de Cáncer de Páncreas.

La despedida para el gran maestro
La ceremonia fúnebre se realizó en su ciudad natal, Módena, donde acudieron grandes personalidades italianas como el primer ministro Romano Prodi, el ministro de cultura Francesco Rutelli, el director de cine Franco Zefirelli y demás destacadas figuras.
La fuerza aérea italiana realizó una exhibición de despedida y millares de personas se acercaron a la capilla para decirle el último adiós a Pavarotti.
El tenor fue enterrado en el cementerio Montale Rangote cerca de su villa, en las afueras de su ciudad, donde también están sepultados su padre y su hijo Ricardo.

Me declaro un seguidor innegable para el gran Pavarotti, y me entristece el hecho de que nunca podré acudir a una presentación del maestro, pero siempre lo llevaré en mí como el portador de la mejor voz que ha dado este mundo.







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